Peter Sagan. Uno entre un millón.

En 2015 yo tenía 16 años. Richmond me quedaba muy lejos, casi tanto como ahora. Por aquella época mi yo fanático adoraba a Kittel, Greipel, Stybar y sus cada vez menores incursiones en el barro… y aquel controversial eslovaco. Ay, Sagan, Sagan… Esta última semana de enero, con 33 años recién cumplidos y en plena disputa de la Vuelta a San Juan, escenario idílico por cierto, aunque esa sea otra historia, Peter Sagan ha anunciado su retirada del ciclismo profesional de carretera a final de temporada. Y digo de carretera porque la idea del eslovaco es participar en los Juegos Olímpicos de París 2024 en la disciplina de XCO. No serían los primeros JJOO para el menor de los Sagan ya que participó en Rio en este mismo deporte. Si hago memoria, los primeros recuerdos que tengo de Sagan son de un color verde claro, de aquel joven a lomos de una Cannondale que parecía poder ganar cualquier carrera. Recuerdo su entrada a caballito en la Gante-Wevelgem, recuerdo sus victorias en Sui...